Siwomat: “Berlín ha entrado en el proceso de gentrificación y la gente se esfuerza a partir del HTM en poner dificultades a ese futuro que todo lo devora”.
Este jueves 22 de marzo aterriza en chile la banda post-hardcore/noise-rock Siwomat, directamente desde Berlín. El 2016 debutan con su primer larga duración, Intemperie, y a lo largo del 2017 lanzan pequeñas grabaciones en vivo para mostrar la energía que tienen en directo. Queriendo conocer a esta banda que pronto nos visitará, acompañados de Manual de Combate, Ninjas Mutantes Adolescentes y Juan Autista, conversamos sobre el desarrollo de la banda, sus motivaciones, Berlín y varias cosas más.
¿De dónde nace la necesidad de iniciar una banda o la inquietud por plasmar algo de forma musical? ¿Venían de algún proyecto anterior?
Pablo Paciuk (bajo/voz): Mi necesidad nace ya con una inquietud adolescente en Montevideo, después de aprender a tocar un poco el piano y la guitarra. Paralelamente a formar parte de una banda muy mala de covers, empecé por diversión a componer. Recuerdo que había en casa un doble-casetero con entrada de micro y habíamos comprado un micrófono en un viaje con mis padres. Ambos objetos se convirtieron en piezas claves para empezar a experimentar con grabaciones multipistas, grabando de un casete a otro y agregando una pista con el micrófono. Con el tiempo estas dos experiencias han ido evolucionando hasta hoy, tanto la composición como las grabaciones, en modo auto-aprendisaje. Con altibajos, en estos 20 años han habido varias bandas, primero en Montevideo (Elixir, La Hermana Menor), luego en Francia al emigrar (Short Time Efect, Osso-Bucco), y por último en Berlín (Schredder) donde resido hoy. Por último, el hecho de estar entorno a los cuarenta, le ha agregado cierta urgencia al deseo y la necesidad de armar un proyecto musical propio. Era ya tiempo de juntar toda la experiencia adquirida en años, tanto musical como personal, y centrifugar. Por eso la idea de adaptar un nombre de un modelo de máquina de lavar tenía todo el sentido. Así surgió Siwomat.
Carles Navarro (guitarra): La idea de iniciar un proyecto musical nace en mi caso de la intención por hacer ruido, entendiendo el ruido tanto en su sentido literal como en la necesidad de hacerse escuchar o como mínimo oír. Es por eso que de manera natural la música fue durante mi adolescencia la encargada de dar ese golpe metafórico en la mesa . El punk y el hardcore fueron un vehículo del que aprender y al cual poder a su vez contribuir… y todavía hoy aún cuando la personalidad y los gustos evolucionan, lo entiendo de la misma manera.
¿Qué ha significado para ustedes ser una banda de Berlín que canta en castellano?
CN: En Berlín, al ser una pequeña Babel, el idioma en el que cantas no supone inconvenientes ni ventajas. El idioma en el que te relacionas a diario si que supone un inconveniente, puesto que entrar en contacto con la escena o con otras bandas se complica muchísimo.
PP: Un amigo alemán, con el cual nos comunicamos en inglés por costumbre, se queja de no entender las letras. Y yo le recomiendo aprender el idioma. La comunidad hispanohablante de Berlín y los alemanes que aprenden castellano, en caso de conectar con nuestra música, están de fiesta. Los alemanes o extranjeros que no hablan castellano también conectan, no por el idioma, sino con la autenticidad de la propuesta. A mí personalmente, cantar en castellano me da toda la libertad que necesito. En cuanto al hecho de hacer redes, aún me genera cierta incomodidad hacer contacto con la gente en inglés o en mi alemán precario mejorado, pero lo intento. En definitiva, cada elección tiene sus pros y contras.
¿Cómo se introduce la política en su música y su actuar como banda?
CN: Vivimos, trabajamos y nos movemos en una parte de Berlin muy activa políticamente hablando… hay que pensar que el muro de Berlin cayó escasamente hace 25 años y parte de nuestro público ha vivido de primera mano esa realidad. Creemos en los espacios autogestionados y los pequeños bares y “projectHaus” como los lugares perfectos donde hacer nuestros conciertos. Berlín ha entrado de lleno en el proceso de Gentrificación y la gente se esfuerza a partir del “hazlo tu mismo“, en, como mínimo, poner dificultades a ese futuro que todo lo devora.
PP: A partir de una deterrminada sensibilidad social, política, estética, etc., propones un determinado lenguaje musical y transmites determinados valores a través de las letras. Intentas conectar con el otro, moverlo de su lugar, física o intelectualmente, o encontrar una complicidad, sin necesidad de panfletos.
En el actuar eres autónomo, te autogestionas, en la ecuación nunca ganas dinero ni lo esperas. Creas un pequeño mundo aportando una propuesta auténtica que sumas a una red autogetionada ya existente. Te diviertes, conoces gente interesante, compartes, construyes. A cada uno de evaluar cómo se introduce la política en la música y el actuar de la banda.
¿Qué les motivó a venir a Sudamérica? ¿Conocen algo de música de acá?
PP: Soy de Montevideo y en estos 15 años en el extranjero he tenido la suerte de poder viajar una vez al año a Uruguay y por lo tanto he mantenido el contacto no solo familiar sino también de amistades. Viniendo de la escena musical evidentemente conozco muchas bandas de allí y la mayoría de mis amigos y conocidos son músicos.
Mi gran proyecto personal desde hace años sigue siendo construir ese puente Berlín-Montevideo y a partir de la creación de Siwomat se hizo evidente el deseo de compartir y desarrollar la experiencia también en el sur.
Esta será nuestra segunda gira, y además de Montevideo y Buenos Aires que ya visitamos el año anterior, estamos sumando y descubriendo Chile. La idea es seguir alimentando estas redes y en el mejor de los casos volver cada año, como parte de un proyecto más amplio de transitar más o menos regularmente el triángulo Berlín-España-Cono Sur, conectando nuestra ciudad de residencia y nuestras ciudades de origen.
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¿Cómo se mueven las cosas en Berlín? ¿Qué nos pueden contar de su escena local?
PP: Para ser la capital de un país de 80 millones de habitantes como Alemania y tener larga tradición de centro cultural europeo, 3, 5 millones de habitantes hacen de Berlín una ciudad relativamente pequeña. Si a esto le sumas otra larga tradición de convivencia multicultural -no solo europea-, te encuentras con muy diversas escenas culturales de todo tipo, pero todas relativamente pequeñas, a no ser la electrónica, la de rock-pop comercial, y en menor medida la del rap.
A Shellac, Jesus Lizard o Lighning Bolt, por ponerte ejemplos de bandas relacionadas al noise-rock con décadas de trayectoria, los van a ver unas 500 personas. Si lo comparo con Montevideo, no hay una gran diferencia. Lo mismo sucede entonces con las escenas de bandas locales, están sectorizadas, son pequeñas e intensas. Y en el caso del noise-rock y en parte el post-punk, como comentaba Carles anteriormente, por ser música no comercial se mueve frecuentemente en circuitos autogestionados de izquierda relacionados a las antiguas casas ocupadas y proyectos colectivos de Berlín este y oeste de los 80′.
¿Qué hacen además de tocar? ¿Se relacionan sus actividades extra-musicales con el grupo?
CN: Nuestras actividades extra-musicales se relacionan de manera negativa con el grupo… aunque hemos conseguido hacerlo encajar todo de manera bastante efectiva. Al trabajar los 3 por la tarde, hemos desarrollado una rutina de ensayos por la mañana que indirectamente han afectado en la composición de las canciones. No es lo mismo ensayar por la tarde con unas cervezas y sin prisa que tener unas horas acotadas por el trabajo de la tarde tomando unos cafés… pero de alguna manera todo ha encajado bien.
PP: Concuerdo con Carles en la complementariedad de nuestras actividades, aunque yo los ensayos mañaneros los veo como algo positivo. En mi caso debo decir que lograr este balance fue una situación largamente buscada que me solicitó una pausa musical. El deseo profundo de crear mi propia banda teniendo en cuenta el tipo de música que quería hacer y lo que implicaba a nivel de tiempo, dinero y energía, solo era compatible con un mínimo de estabilidad laboral y de tiempo libre. Berlín es una ciudad que te permite, digamos con la mitad de esfuerzo que en Montevideo si tenemos en cuenta la relación salario-costo de vida, tomar la elección de trabajar un poco menos y tener más tiempo libre.
¿Qué discos han estado escuchando últimamente?
CN: En mi caso estoy escuchando: Trompe le monde de Pixies, el último disco de Morrissey y en modo random a los Code Orange y Death or Alive.
PP: Ningún disco en particular, y en general escucho poca música, necesito desconectar. Pero regularmente encontrarás algún disco de The Fall sonando en la bandeja. Este año además, estoy encantado con el descubrimiento de Jealousy Mountain y ahora Leaf Kickers, un formato de dúo guitarra y batería instrumental, entre el free jazz y el noise-rock.
¿Algún mensaje para le gente en Chile?
PP: Vamos a Chile con mucha ilusión de conocer la escena y el público, y compartir nuestras canciones y energía. Esperamos que se lo pasen bien, que se acerquen y se comuniquen.